viernes, mayo 23, 2008

Nada que perder...

No se como llegan a cambiar las cosas, no se si las respuestas llegan después de 40 años de hacerse preguntas pero los puntos sin retorno existen. Se suceden las historias y se repiten en diferentes vidas, personas, momentos y llega el caos hasta que te centras en el desorden y miras el tornado de tu alrededor. Y mola, esa es la vida.

En mi caos actual me he sentado en el ojo del huracán a ver girar lo que me rodea. El tifón que en el Mago de Oz se lleva a Dorothy me ha visitado. Desde mi centro veo los muebles de mi casa, los fragmentos de un hogar, un pasado de corto plazo, una historia por partes, partes de mi. Y en cierto modo me siento aliviada, pues cuando todo termina no queda más que volver a empezar y esa oportunidad siempre deja reinventarse, dirigir los pensamientos hacia nuevas metas.

Llega el final de curso, aún cuando ya no me rija por ese calendario, pero coincide con entregas, plazos, pasos. Y ahora que está todo encima, sonrío en mita de mi huracán. Ahí se deshacen también lo papeles protagonistas de las ultimas décadas, cada cual será lo que vuelva a elegir... algo que ganar si te sale bien.

sábado, mayo 10, 2008

GPS o Unviersos paralelos/lelas

Cuando estuve en Madrid me acerqué al pueblo de Barajas. Fácil, pensé, siguiendo las indicaciones para ir al Aeropuerto, llegaremos. Así que con total decisión, mi amiga anfitriona, mi más mejor amigo y yo, nos pusimos en camino. Mientras salíamos, pusimos el GPS, el cual se cayó, volvimos a encender y le pusimos la dirección de Barajas a la que nos dirigíamos.

Al entrar en una de las M - el GPS nos empezó a indicar la dirección opuesta a la que señalaban los carteles de "aeropuerto". Mis más mejor amigo, con decisión, mientras mi amiga y yo comentábamos que todo indicaba que nos alejábamos de nuestro destino, decía "a ver donde nos lleva esto". Así que "esto" nos llevó a Carabanchel, literalmente. Un pueblo, si, efectivamente, de Madrid, ajá, hasta ahí todo coincidía a excepción de que no era Barajas y estábamos a unos cuantos kilómetros de distancia y en dirección opuesta. Así que apagamos el GPS y empezamos a ir hacia el Aeropuerto y en una de las rotondas, ya entras al pueblo. Por cierto, a 10 minutos de la casa de mi amiga y llevábamos en el coche una hora y media.

Ese "a ver donde nos lleva esto" empieza a ser una actitud vital cada vez más extendida. "No es lo que quiero, pero a ver donde nos lleva esto". "Yo venía a por tomates, pero vi las fresas y me llevé dos kg, a ver donde me lleva esto", "Yo no quiero estar con X, pero llevo dos años comiéndole la boca, a ver donde me lleva esto", "Yo sólo quiero sexo, me ha dicho la fecha de la boda, a ver donde me lleva esto", "Yo quiero una relación, dice que nunca, a ver donde me lleva esto". Pues a Carabanchel. Yo aprendí mucho gracias a mi más mejor amigo, una vez más. Si las indicaciones, tooodaaaas, ponen que es la dirección contraria, habrá que darse media vuelta. O empezar a vivir en un universo paralelo (y para lela).

sábado, mayo 03, 2008

29


¡Ay, que edad más tonta! Sin la personalidad de los 30 y con el sabor de la despedida de los 20. ¡Con lo mayor que era la gente de esta edad cuando yo era pequeña! A esta edad la gente debía tener hijos, casas, estabilidad, canas, perros y otros animales con los que hablar de su vida.

La verdad, es que si nos juntamos unos cuantos (yo pongo las canas), podemos completar ese perfil. Y si nos juntamos otros tantos, seremos personas libres - soñadoras que nos echamos la mochila del portátil o de los apuntes o los currícula y nos peleamos un rato cada día para imaginarnos mejor de lo que estamos. Son planes sin fechas de caducidad, apostando lo que tenemos, una personalidad a prueba de desengaños.

Criándonos con Candy - Candy, no buscamos al príncipe de la colina ni habiendo sacado los "puños fuera" queremos pelea. Superado con cariño los modelos de la infancia, me impulso en que ahora estoy mejor que a los 19, soy menos parda y me gusto más. Así que parafraseo a un par de amigos, uno que me abre camino y que comienza su plan 3.0 en breve al cual me apunto y otro que me felicitó prontito diciendo "ya queda un año menos para que la profecía se cumpla: a los 30 estaré buena" Pues nada, me voy a poner manos a la obra, que todavía me queda tarea.