Ahora estoy descubriendo otro vicio que nos une: ganar. Con temas de hipotecas alrededor, embarazos, viajes al centro de la tierra e insoportables levedades de los seres, nos estamos enganchando a la play. Claro, todos muchos más maduros. Ahora es un "voy a por ti", "todos contra fulanico (que tiene un blog, por cierto)", "¡¡¡¡eso es potra!!!!" y "¡cabrones! ¡eso no vale!" mucho más elaborado que a nuestros 10 años. Yo nunca me he considerado competitiva, claro, porque no había saboreado las mieles del éxito. Ahora me encanta ganar. Como, por lo visto, a todos. No había logrado reunir a mis amigos clásicos básicos hasta las 6 de la mañana desde hace varias nocheviejas. Pero "Buzz" lo ha logrado. Y si esto lo hablas en un bar, empiezas a oír un "A mí me gusta más el "singuestá" (esto es "Graná", no se va a decir de otra forma).
En los vicios pequeños y no demasiados insanos, nos descubrimos facetas ocultas y por
eso gustan. Podemos ser traviesos, poderosos, hijoputas, complacer y ser complacidos. A mí me gusta jugar (en general), el chocolate, echar una copa con una buena charla... y antes de que esto parezca una página de contactos, todo vicio que me haga reír un rato.
