miércoles, julio 25, 2007

Ultimatum

Siempre me pierde lo mismo. Hay un momento en el que lucho por dotar adecuadamente de importancia la forma y el fondo. Así que tengo un conflicto ¿un ultimatum, al serlo, es negativo "per se"? Porque a mi me toca los ovarios a dos manos. Otra historia es que el fondo lleva su parte de razón. Pero creo que sólo tengo orgullo para una cosa, y es cuando se me impone desde fuera cualquier cuestión. Porque yo ya me autoimpongo suficientes, ya me obligo a mil cosas y ya me adapto bastante a las circunstancias... pero he sido poco inteligente cuando me han intentado obligar a algo. Porque esa misma imposición me ha hecho rebotarme y, a veces, de cosas buenas. Mi padre hubiera sido más feliz si yo hubiese sido más sumisa, y hubiera resultado una novia más cómoda y una amiga menos coñazo.
Ayyy, estas rectas finales de curso, que hacen sopesar cómo encarar el próximo. Y las ganas de verano que, en mi caso, se mezclan con una especie de miedo al tiempo libre, que es tiempo en el que se puede pensar sobre todo aquello que vamos posponiendo. Un amigo mío dice que agosto no le gusta porque necesita rutina para estar estable. Y yo estoy cansada de mi rutina y me da coraje escuchárselo, pero en parte lo entiendo.

Así concluye pues esta etapa: estoy "ultimatada", cansada por dentro y por fuera y sin más prórrogas. Pero contenta. ¡¡Y con la cuenta atrás para las vacaciones!!

domingo, julio 15, 2007

"Relájate, no te va a doler"


"Quítate eso, sube, siéntate más al filo, pon aquí las piernas, relájate..." pero sonó el teléfono, así que mientras el ginecólogo hablaba con una colega, allí estaba yo, espatarrada perdida, con una sábana sobre mi para aparentar normalidad. Sí, es una situación de lo más normal. Me recuerda un poco al dentista en lo referente a ese momento de "¿tanto se puede trastear en un lugar tan pequeño?" con un toque de la canción de "La cosa más dulce".

Se echa de menos un poco de cariño en la exploración mamaria, e insisto, boca arriba se pierde mucho, podrían dejar que nos pusiésemos de lado las que rondamos las tallas más pequeñas. Podría ser algo así como ¿más o menos de una 100? y en función a eso, colocarnos.

Lo mejor de visitar a los médicos es ese momento de "normalidad" en el que te pueden estar haciendo polvo, pero la enfermera conversa contigo. En esta ocasión, me preguntó si me gustaban los toros, no sabía si por la similitud que estaba tomando la situación con el momento de entrar a matar. Ya sólo faltaba un pasodoble.

La verdad es que todo esto es necesario. La prevención es la mejor forma de asegurarte que lo que marcha bien seguirá así y lo que no, se solucionará. La salud es lo primero.

martes, julio 10, 2007

Diréctamente al piño

No lo puedo evitar, me he vuelto a reir de principio a fin.
La impresión más fuerte es que ponga "viva 86" porque me acuerdo de cuando lo vimos en mi casa y buscamos una cinta para grabarlos. De hecho, esto se hizo costumbre.
Creo que he llegado a integrar todas sus frases, mandando a la gente a dar una gira por Soria y forrarse, hablado de que es "lo pispo" o sin más demora ni Jaime de Aragón.
Si te ha sonado algo de esto, te gustan, con lo cual podrás citar a Manuela Mateo después de Crisanto Huertas. Si te es desconocido, no sigas perdiéndotelo. Bájate los vídeos, buscas los DVDs o yo te los presto, pero riéte de todo y sin complejos y, de camino, recuerda unos años diferentes por las hombreras, pero con unos temas demasiado parecidos.
¡Ah! y gracias a AZ, los martes son más divertidos.

jueves, julio 05, 2007

Las reglas han cambiado

Este es el lema de un anuncio, no se de que, del que hay varias versiones. En una de ellas, una chica le pide un preservativo a un amigo porque tiene una cita esa noche, él le ofrece uno y ella se lo deja en la mano y coge todos los demás. Y dicen "las reglas han cambiado". No se yo.

Ellos siguen teniendo cierto consenso para hablar de sexo y expresar una idea, unas ganas, unas experiencias. Ellas al hablar de sexo, parece que quieren hacerlo con su interlocutor. Ellos pueden soltar todas las burradas que les apetezcan a manos llenas, la pueden tener dura, los pueden tener llenitos de amor, pueden estar más calientes que... pero si ellas no se ruborizan, ofenden o lo pillan y no se muestran tan inocentes como deben, es porque quieren hacerlo en ese lugar y en ese momento. Ellos han podido estar en la ducha una hora, peinarse para parecer despeinados, buscar la camiseta que les haga más delgados y ensayar gestos frente al espejo para buscar "cacho" ¡¡y hacen bien!!, pero si ellas muestran y resaltan sus encantos, saben mirar y moverse de forma insinuante e intentan ser Shakira durante un baile... ¡¡serán guarras!! Claro, es que sus madres las visten como putas desde pequeñas... ayyy, esos torrentillos barnizados que andan por ahí.

En parte si que han cambiado las normas. Muchas de nosotras somos calificadas de "tío" o "uno más" porque podemos ser igual de sinceras en lo referente a la sexualidad como en otros temas. Pero romper tópicos no se logra porque un día lo decides. Tienes que examinar lo que te han enseñado desde pequeña, deconstruirlo, volver a montar algo que sea más parecido a como tú quieres vivir el sexo y luego hacerlo sin sentirte culpable. No me siento alagada cuando un tío me piropea en masculino, no por tener nada en contra de los hombres, que me encantan en más de un sentido, sino porque no es mejor ser "uno más" que "una más".

Hay un proceso que cuando no lo localice, me creeré más que las reglas han cambiado. De momento, esto es lo más normal que suceda:

  • Acción: en mitad de un grupo mayoritariamente masculino, hablas en los mismos términos que ellos.
  • Reacción: primero te miran y remiran y, al no estar especialmente buena, te aceptan con curiosidad. Después te van probando verbalmente y luego o te toman como estandarte de las mujeres (ese clásico "tú, como mujer, que piensas que debo hacer con...") o llega el pensamiento universal (esta quiere sexo conmigo).

De todas formas, es que desde pequeños y pequeñas nos ponen complicado el tema. Esta chica tan mona y real del dibujo, es Stella, una Winx. Es una de las series preferidas de mis niñas de la ludo. Seguro que ahora también lo será de alguno de mis amigos. Pero no ayuda a cambiar las reglas.