lunes, agosto 20, 2007

Estamos emparentados


Me encontré a dos amigos que poco tenían que ver entre ellos, pero ambos iban con sus parejas de la mano en el mismo grupo. Al saludarlos, ella me dijo "ah, ¿es que no lo sabes? estamos emparentados, su novia (la de mi amigo) es la hermana de mi marido". Como soy bastante despistada, hay cosas que no se si es que no las sabía previamente o se me han olvidado. Así que aparenté que sabía que ella estaba casada y que él tenía otra novia, bastante parecida a la anterior, por cierto. Ella era la típica niña gordita de chica, característica que compartíamos, que luego se transformó en tía buena. Aquí se separaron nuestros parecidos. Rubia despampanante, con 16 años llevaba más carrera de la que algunos tenemos a día de hoy. Y ahora está casada. Él era el pijo más redomado que he conocido, muy guapo, con la vida resuelta y la novia perfecta, hasta que esta lo dejó con el piso comprado y la fecha de la boda puesta. Ahora va en plan modernito, con crestilla a base de gomina y retomando los 20 años cuando hace unos pocos que cruzo los treinta.

Vueltas y revueltas, uno de los motivos por los que me gusta el verano. Viajes con grupos que hace... ¿un año? no esperabas. Esperas a personas que hace un año llegaban. Reencuentros e historias "de verano" difíciles de etiquetar ¡Hasta me he encontrado el primer niño que me tiró los trastos! y me he sentido muy mayor, porque hace muuuchooos años.

Al final terminaremos todos emparentados. O Granada es muy chica o cada vez que piensas que abres un círculo, te encuentras con medio que ya conocías.

La mejor medicina para curar cualquier cosas: carretera y manta.

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