sábado, noviembre 10, 2007

Jueves al sol

Cuando se cierra un capítulo, algo termina o te despides indefinidamente (acabo de borrar un "para siempre") de alguien, se pierden muchas cosas. Si me dejara llevar por la filosofía de las sevillanas, podría decir que "algo se muere en el alma". Pero para no llegar a "un pañuelo de silencio", me quedo con los detalles, costumbres que se pierden que no eran nada ceremoniosas y que incluso te hacen sentir egoísta. Echo de menos a rabiar pasar un rato de los jueves, al sol. Cuando llegaba a casa de mi abuela a comer, solía estar en el balcón, sentada al sol con un sombrero indescriptible para que no le diera en la cabeza. Yo arrastraba un taburete, fabricado por mi abuelo, pesado como él solo, hasta la terraza y allí me colocaba. Ella, de tez morena, se preocupaba de no acabar negra como el tizón "porque no pegaba en invierno". Yo, de un blanco nuclear, hacía repaso a la semana o nos reíamos de algo que hubiese escuchado por la radio.

Hace un año comenzaba este blog con su despedida. Me tragué todas las veces de "no, yo no voy a abrirme un blog" y comencé a pensar en qué decir y cómo. Y me he encontrado con una nueva "dimensión" de encuentro y diálogo. Ya no al sol, ni con ella, pero si de la misma forma que he aprendido y hemos practicado durante años.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Vivan los blogs buenos como este!

Anónimo dijo...

Y nosotros seguimos creciendo contigo.

Anónimo dijo...

y abrimos fronteras de mente y pensamientos...

N dijo...

...gracias a la "güena" gente.

Bobby dijo...

por cierto... te has dado cuenta que tu blog ha cumplido UN AGNO? (las egnes, que le hacemos)

N dijo...

Migue... si. ¿Quieres soplar la tarta? Mafalda te deja.
¡¡Estamos de aniverario!!