Me gustan las cosas que empiezan. El comienzo de una película, el momento antes de un beso, la llegada a la casa de los amigos, el momento de deshacer la maleta... y la noche que precede al primer día del año.
Creo que acompaña a la edad protestar por esta noche. Igual que ilusionarse a las 15, buscar una buena fiesta a los 20, innovar a las 25, pues toca quejarse a los 30. Que si es una noche más, que si no hay ganas, que si para qué tanta cosa, que si se hace algo es por obligación. No se, tampoco se pide picar piedra, sino darle un poco de alegría a algo que comienza.
Yo lo he logrado. Con una fórmula sencilla: gente que quiero cerquita, peinarme y bailar el mayor tiempo posible. El móvil acercó a los que estaban un poco más lejos y las risas unieron a los desconocidos con los que comenzaba el año. Un largo paseo de vuelta a casa... todo resuelto.
Tenemos un año nuevo por delante que traerá cambios y está todo por hacer: el paso de los días, la búsqueda de la alegría, los nuevos retos, la permanencia de las cosas importantes. Y rellenar una agenda.
...vida nueva.
4 comentarios:
Mucho ánimo para el próximo año!!! Te toca ser arquitecta, ya nos irás contando como van saliendo los planos...
Chapó por tu ánimo! así te vas a comer el mundo chica!
Natalilla.... cuento contigo para seguir construyendo una historia juntas!! Para seguir adornando con risas cualquier momento.
Un abrazo y feliz año nuevo.
Bueno, amigos, esto es cosa de todos ¡¡manos a la obra!!
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