Rumbo al final de ese episodio circulamos en silencio durante horas a no sabíamos qué, pero comenzábamos a entender. Yo todavía esperaba un final distinto. Había más miedo que pena.
Llegamos y la sorpresa fue la entereza de mi madre y el abrazo de una familia formada por gente que no conocíamos, pero querían a mi hermana como parte de su vida. Mi padre me dio las gracias por un beso y todo pasaba con una lentitud que paralizaba. Me lo explicaban como contestación a una pregunta casi mecánica: "vamos a velarla".
Diez años más tarde, a pesar de las lágrimas, su risa sigue. La de no poder contenerse que la asaltaba en cualquier lugar. Y cogerme la mano, en todos sitios y a todas horas, presentándome a toda la gente con la que nos cruzábamos en Madrid. Ha sido la única persona que he creído cuando al volver del verano me decía "¡¡que rubia!! ¡¡y qué negra!!"
Ni las experiencias fuertes, ni las penas, ni los desamores... lo que te hace fuerte es que te quieran. Y lo que te da aliento para un largo viaje.
8 comentarios:
un beso
y coincidió que nos conocimos...
Un abrazo muy fuerte, N.
Yo llegué a tu vida un par de años después de todo esto. Pero siempre he sentido como si ella estuviese ahí, en tu vida, por lo que contabas, recordabas y hacías. Besazo y pezuña.
Con la piel de gallina estoy y un frío fugaz que me ha recorrido el cuerpo. Un beso.
Mi vida está llena de cosas buenas y gente estupenda. A veces por turnos, pero siempre estoy bien rodeada.
Gracias.
Abrazo virtual fuerte... un día que nos veamos te lo doy en persona, muy fuerte.
besos
Awen ¿nos damos ese abrazo la próxima semana? aprovechamos que estaremos todos y que la gente se irá a quererse de dos en dos para tomarnos una cerveza en grupo.
si, N. Salvo fin de semana q viene q estoy en madrid, cuando querais! y lo de ir a quererse de dos en dos es la siguiente semana... que la noche del 13 la tengo ocupada en el teatro alhambra... bueno, que no paro de deciros mi agenda, que me digais cuando hay quedada...
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