Que terquedad de estar siempre ahí, de dejar historias inacabadas, de jugar con posibilidades, de rechazar seguir, de no llegar a nada. Había vuelto a narrar las mismas anécdotas, las que demuestran mis conquistas personales, la forma de reirme de todo, de trivializar situaciones que podían haber sido malas. Claro, como la asuencia de miedo que siento al cruzar calles solitarias ¿para qué? si me van a quitar la mochila, pensaba, lo harán igual sienta terror o no.
Que terquedad de pedir más de lo que hay. Si voy escuchando sólo mis pasos, pido conversación. Si la hay, aventura. Si me la encuentro, valor. Al final son sólo momentos que parecen afilarse para cruzar la mente, pero pasan, dejan su firma y desaparecen. La cama con su vacío terco y el terco cuco son los fijos de cualquier noche. ¡¡Que terquedáaa!!
7 comentarios:
La terquedad es el tiempo, señorita, el tiempo cronológico sí que es terco. El tiempo, con sus traiciones, va a cariciando las cosas desde su lengua de polvo; las va acallando y adormeciendo hasta que ya sólo es posible intuir el contorno de lo que abajo se guarda. Entonces es necesario volver a inventar. Empieza otra terquedad, nueva, distinta. Siga usted en esa terquedad, es un consejo.
Buenas, Natalilla... sigue siendo tan terca y no te desanimes, que mañana mismo pasamos página y nos inventamos una historia nueva y un entresijo nuevo de tu gran persona.
Un abrazo grande, grande, grande.
Bienviendo, faramalla.
Os haré caso a ambos y seguiré con la terquedad... de eso se un rato.
Y terco es también el que no se entera, el que no dice lo que piensa... ¿y el que no sueña?
Terca, terca... y tozuda ;-)
Llevo tiempo sin leer mis blogs, con razón no me situaba yo cuando me dijiste el otro día que tú último post era más triste.
A qué noche te refieres? Que me sitúe... Aunque al final todas las noches se parecen. Yo también creo que soy terquillo, aunque no es un adjetivo que le considere muy mío. Más bien reincidente, aunque cada vez menos. Lo de reincidente te va bien a ti también.
Mira, podíamos montar un grupo de música que se llamara "Reincidentes implicados". :-)
Bueno, arriba los corazones, como cantaba Antonio Flores y a ver si consigues ese contacto Albaicinero para las pelis culturetas. Que nos vamos a reir un rato...
Esteban ¿Tú y yo un grupo de música? si vendemos un disco por cada una de mis "reincidencias", nos forramos.
Lo que es seguro es que nos reiremos, cuando nos acompañamos mutuamente, son unas vueltas mucho mejores, menos tercas.
Bobby, el que no sueña no tiene nada por lo que ser terco ¿le irá mejor?
Le irá peor, al muy terco.
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