Y esta gran ventaja de tener grandes amigos me ha llevado a un fin de semana diferente. He sido la cangura de la siguiente generación de mis "clásicos básicos". Por casualidades, este matrimonio vive en la casa donde ella pasó su infancia, donde yo he ido a jugar, a estudiar, a intentar convencer a sus padres de que la dejaran más tiempo, a acompañarla de camino a mi casa... y ahora dormía a su hijo tras entender que "pasar la noche de un tirón" es privilegio que tenemos unos cuantos sin hijos en esas edades.
La familia cada vez es un concepto más moldeable, por fortuna. Los lazos a veces de sangre, otros de historia, algunos por situación, pero al fin y al cabo reconocidos por los sentimientos y el apoyo que supone. Mi familia extensa, la que me ayuda, me escucha, se pone en mi lugar y piensa y siente en primera persona cada vez está más claro que incluye a grandes y buenos amigos.
Parrafada sin sentido, pero que espero que se reconozcan todos los que están incluidos. Para mi, todos los gestos que me demuestran la suerte que tengo, me dejan sin aliento.
5 comentarios:
Sabes que los amigos estamos aunque no nos veamos.
Espero que se solucionen las cosas.
Un besazo.
No sé por quién va este post. ;)
Nuevo comentario críptico de Bobby. Qué se ocultará tras tanta oscuridad? Quizá la oscuridad.
:-)
Fue una visita muy chula Natalia. Ahora que cuando me pongas un enlacillo ponlo bien!!
Aquí están las fotos de la visita:
http://flickr.com/photos/polisea/sets/72157604487428632/
Eso es una amiga, tomo nota por la parte que me toca.
Eh, ¡que alegría encontraros por aquí! Me gusta que compartamos este espacio. Espero que pronto compartamos el espacio físico.
Publicar un comentario