martes, octubre 14, 2008

La lista de la compra

Yo que soy tan guapa y tan lista que los príncipes que me rodean acaban con reinas en sus castillos, menos mal, y los dentistas explorando bocas en países lejanos, me gusta observar a cada cual con su lista en mano o en mente, haciendo la compra. Creo que son los momentos que de forma involuntaria, cada cual se muestra en su pura esencia. Los productos, las decisiones o ausencia de ellas, la cesta caótica o milimétricamente ordenada, la forma de pasear o atravesar el supermercado... todo un mundo de detalles. Y me encanta encontrar y encajar en los diferentes perfiles:

  • Metódico: la persona que encuentra la proporción exacta del producto deseado, que sabe la diferencia de precio entre dos o tres marcas y el porqué de ella. Además, traerá todo lo que desea y frenará sus impulsos, excepto los previamente concertados. Sabe el nombre de los pescados y el aspecto de la carne. Ideal para acompañar una vez al mes y aprender, que no ocupa lugar en las bolsas. Incluso crees que tu madre debería acompañarla para aprender más todavía. Son personas que disfrutan de su condición y tradición. Felices y con perdices al horno.

  • Probólogo: "¿Y esto para qué sirve?" Es su principal pregunta. Y prueba a comprarlo. También prueba lo que no sabe a que sabe, lo que no sabe qué es, lo que le suena o le han comentado o probó en algún otro lado. Su cesta acaba pareciendo una caja de sorpresas y, si tiene habilidad, su casa y su cocina, también. Aunque a lo mejor el plato principal, lo tengas que poner tú, en la cocina y donde haga falta.

  • Estudioso: El supermercado es un ente que hay que conocer, entenderse, relacionarse y vincularse. Se hacen de tal o cual supermercado y ese, será siempre el mejor. Le sorprende y puede hasta emocionarle aprender en cada compra algo más. Las compras son objetivos que hay que alcanzar y ahí, como en casi todo lo que hace, se autorrealiza algo más. A lo mejor las bolsas y más bolsas que acompañan todo esto no son perfectas, pero tan suyas...

  • Pasaba por aquí: Y decidí que necesito comprar algo. Algo de picoteo, algo para almorzar, algo para beber, algo por si acaso, este algo ¿qué es? Es divertido ver la mezcla de la lógica con la espontaneidad y, seguramente, algún "algo" sobre y simplemente sea por puro placer, pero ¿por qué no? Siempre que no sea muy caro, que no ocupe mucho, que no se mueva y no traspase. Aunque estos últimos términos no son tan fáciles. La compra se tira y... encesta.

Y muchas más formas de hacerlo todo. Cuando a mi me ha tocado ha reinado la prisa y la indecisión en dilemas tontísimos. Al final, la compra y la vida, son primas hermanas. Será conveniente ir haciendo o siendo la lista de la compra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te falta un tipo: el proligoteo. El otro día em comentaba un conocido que el Hipercor es un lugar para ligar de divorciados, según le ates no se qué cosa a tu carro se reconoce que buscas conocer a gente. Y así entre latas de conservas y paquetes de papel higiénico nace el amor... o al menos una copa y con mejor suerte, un polvo.

Natalia dijo...

Jeje, eso no lo sabía yo, todos los días se aprende algo. Estaré atenta.