
Pues si esto ya sería objeto de discusión para un grupo de amigos que se quieran y entiendan entre ellos, si lo reviste de poder ministerial y lo llevas a un foro universitario, lo vivimos el pasado lunes con la visita de la Ministra de Igualdad a la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada. Tanto dato es porque cada palabra, en si misma, encierra gran significado.
Aquí, donde el paro es una lacra y en especial para las mujeres con cargas familiares, pero eso será pura coincidencia y nada que ver con la discriminación, la ministra dio cifras de pobreza, de maltrato, de desempleo. Habló de las medidas para alcanzar una justicia social con planes concretos de reconciliación de vida familiar y laboral, de apostar por la igualdad como elemento de desarrollo económico. Y se encontró con una hostilidad ¿por qué? porque ¿dónde está la igualdad si no hablamos de hombres maltratados? y ¿por qué todas las medidas son para las mujeres? Y yo me preguntaba ¿por qué en un foro universitario no se reflexiona antes de hacer una pregunta? Quizás porque una mujer revestida de poder, como lo es una ministra, habrá que ponerla a prueba. Los hombres están en todos lados por derecho, las mujeres, que demuestren que ese es su lugar, como la de defensa, eso no es natural. O también porque haya cierto sentimiento de ser atacados y atacadas si al señalar quien es responsable de una discriminación, todos y todas estemos señalados. ¿A que aquí si viene bien decir todos y todas? si hubiese puesto todos, sólo hubiera culpado a los hombres. Las palabras visibilizan.
Cuando entraba, un chico se iba porque "esta tía es una feminista" y otra chica la defendía diciendo "no es feminista, yo estoy de acuerdo con lo que dice, y no lo soy". Estoy convencida de que se referían a "hembrista", que es lo contrario de "machista". Feminista es estar a favor de las mujeres, no en contra de nadie. Pero por mucho ministerio que haya, en muchos lugares por aquí es por donde hay que empezar para conseguir la igualdad. ¿O igual da?