lunes, abril 30, 2007

Adios, 27, adios


Me encanta cumplir años. Sobre todo, porque la otra opción que queda es bastante más lúgubre. El repaso que le doy al año que se va, me resulta más natural y menos agobiante que la entrada de año nuevo, que me pilla más estresada con temas de regalos, más horas de trabajo, más reuniones familiares... siempre con una alegría un poco a contrapelo.

Pero esto días son más míos. Pongo la cuenta atrás con bastante antelación, intento acostumbrarme a la nueva cifra y ya hace unos cuantos que dejé de evaluar esa imagen que me hacía de como sería esta edad, comparándola con la realidad.

La verdad es que estoy muy contenta: entré en los 18 con mis amigos clásicos básicos y con ellos cuento para mis 28. Dos son padres, dos recién casados, dos están como siempre, dos como nunca y los dos que quedamos seguimos siendo uno más uno pero yo creo que cada día mejor.

He ganado nuevas amistades, he perdido y reencontrado, he mantenido, me he desenamorado, enamorado y vuelta a empezar, ha habido nacimientos y muertes, lágrimas y sonrisas... Todo un regalo.

Así que, como mis cumples parecen bodas gitanas o merecedores del título "seis días y siete noches"el viernes ya inauguramos los festejos con una mejicanada, acabaré en Bruselas... en mitad, lo que queráis. Y el 1 me despertaré con una sonrisa y un año más.

lunes, abril 23, 2007

Suerte Felina

Suerte que en el sur hayas nacido y que burlemos las distancias, suerte que es haberte conocido y por ti amar tierras extrañas... que canta Shakira. Supongo que si la inspiración le hubiera venido en un mal día, comentaría que vaya putada estar separados y que estaba cansada de viajar para verse. Pero está bien ver la suerte en los resultados más que en los procesos, porque estos son poco controlables y supongo que la suerte depende de la cabeza de cada cual, de la capacidad felina de caer de pié más que de evitar la caída.


Se bufar como un gato cuando mi cabeza anda en algo que no puedo expresar, pero me hace ser arisca con un comentario o ronronear cuando recibo un cariño inesperado. Necesito saber que puedo entrar y salir a mi antojo para encontrarme bien en un sitio, aunque puede que no me mueva de ahí... así que sólo me falta aprender a salir ilesa de las caídas libre y sin gastar mis siete vidas.

Es una suerte poder cambiar, es una suerte que entre gente nueva en tu vida, suerte que la gente de siempre se quede en tu vida (y poder escaparse a Córdoba), suerte que pienses soltarte de un trapecio y te llegue otro para esa mano que se queda libre.

Y cuando vemos una oportunidad de ser más felices, es una suerte no temerla. Veo gente valiente que por serlo, la suerte le sonríe.

Y sin estar en Navidad... "que la suerte te acompañe"

sábado, abril 14, 2007

Reservas agotadas

A veces es necesario desprenderse de las reservas que nos hacen sentir bien, con seguridad ante las sequías y ver que tal nos las apañamos sin necesidad de apoyos que, dependiendo de las circunstancias, definimos como buenos, necesarios, sanos, obligados, lastres, voluntarios, nocivos, históricos o histéricos.

En una semana creo que me he desprendido de hasta tres, aunque quede el tiempo venidero como juez de si lo he hecho bien o de si lo he hecho, simplemente.

La primera reserva en caer, ha sido un lastre histórico. La historia, no más extraña, pero sin más larga que he mantenido. Y el problema es que no es la más extraña porque he tenido momentos en que me he superado a mi misma, no porque la situación no haya sido rara de narices. Mi mente intenta bloquear los recuerdos para no ponerle fecha de inicio, pero posiblemente, se haya quedado en las puertas de los 6 años. Esa historia a la que recurres por costumbre, por constancia de la otra persona, porque te lo has ganado, porque hace mucho que no os veis, por despechos propios y ajenos... porque si. Se finir. La primera vez que le he pronunciado un "se acabó" tras habérselo dicho a los demás mil veces, a mi misma unas cien y por fin, a quien se lo tenía que decir.

Otra reserva que se agota es el proyecto que comenzó hace unos tres o cuatro años. Decidí ver venir ese final y actuar en consecuencia y ahí estoy. Se terminará porque tiene que ser así y duele porque es así. Demasiado complicado para profundizar.

Y la tercera reserva se agota porque ha sido escasa y rápida. O por mal uso del diccionario. Palabras como "pasión" no estaban repletas, solo ha servido para aumentar un nivel. Por lo menos he averiguado que puedes no gustar, y no solo encantar, sino que ahora hasta puedes apasionar sin despeinarte. Rechazos tan endulcorados que hasta parecen declaraciones, finales de película, envueltos en abrazos y en te quiero. Y de postre, la novia. Se que no es sano, pero me sentí Woody Allen en "Sueños de un seductor". Una versión cutre y granadina, dandome la respuesta que Allen le da a su ensoñación de Bogart: "Soy lo suficientemente feo y bajito como para tener mi propio estilo"

Pues con mi estilo, el de hacer amigos en vez de conquistarlos, el de encabezonarme para que mi trabajo sea como quiero que sea, el de recaer hasta que digo basta, declaro como agotadas mis reservas.

martes, abril 10, 2007

10 de abril de 1913

Hija de uno de los 8 ingenieros agrónomos de esa España y de una mujer inteligente y educada. La mayor de once hermanos, y ella, como sus hermanas, hizo carrera: magisterio. Sus hermanas estudiaron farmacia, filosofía... y aprendieron a conducir, meta que ella lamentó no alcanzar. Por eso le gustaba verme con mi coche, por la libertad que suponía y porque se imaginaba qué hubiera hecho ella. Aunque cruzó en tren desde el sur, donde se quedó a vivir por enamorarse de un granadino, hasta Barcelona, donde se afincaron sus padres. Allí iba a menudo y allí nacieron algunos de sus siete hijos.

Su título de magisterio está firmado por el presidente de la II República y no ejerció tras la guerra porque no le gustaba el ambiente. Vida privilegiada, entre lo que significaba un apellido y un capital seguro, con una casa de tres plantas en el centro de Granada y una "muchacha" para cocinar, otra "cuerpo - casa" y otra para los niños. Eso da pie a ver todas las películas que pusieran en el cine, viajar un poquito, leer y querer a su marido sobre todas las cosas.

La vida va cambiando, la suya se acostumbró a la independencia de la viudedad y de una vida larga y con salud, casi hasta el final.

La primera persona que conocí que viajaba en avión y me hizo presumir en el patio del colegio, al decir adiós a los aviones, que mi abuela iba allí dentro. La primera persona que me habló de sexo, que me habló de todo, con la que conversaba durante horas. De ahí que yo hable tanto, creo.

Lo único que cuadraba con el perfil típico de abuela, era la parte de los piropos. Siempre me decía lo guapa que iba, lo bonito que tenía el pelo, el tipo, la piel... lo que sabes que te dice de corazón y que el espejo desmiente, pero no te importa.

Hoy no ha cumplido los 94, pero siempre dijo que a partir de los 85, iba cuesta abajo, así que...ojalá esté disfrutando en algún sitio con sus tacones y su buen humor.

miércoles, abril 04, 2007

De nuevo, Pascua

Un paso. Catorce años en un colegio religioso, incontables catequesis, voluntariados varios, celebraciones... me dan cierto bagaje para explicar el sentido religioso de esta fecha. No se si por pararme durante años a reflexionar en esta época o porque coincide con más de dos días libres, cosa bastante inusual en la última década, siempre me toca tomar decisiones. Dar un paso.

Afortunadamente, me he podido sentar en la orilla de un mar que hace que te olvides de lo que cargas a tu espalda. Y miras a un horizonte en el que puedes dibujar lo que te gustaría que fuese tu próxima etapa. Y he dibujados muchos años trazos que luego no delimitan mi realidad, aunque van marcando tendencias... más pasos.

Mi familia, los ancianos, los enfermos, mi trabajo, mis amigos, mis amores... mi vida. Y todos los años llega este momento para pararme un poco y ver el siguiente paso. Cada vez más a corazón abierto, cada vez más sin filtros, cada vez más sincera, cada vez más yo ¿cada vez más sola?

El miércoles santo es la preparación para las celebraciones: jueves santo, el día del amor fraterno, viernes santo via crucis, el sábado el silencio y el domingo celebramos que todo ha sido un paso y nos felicitaremos. Espero que me resucite todo lo que ha ido muriendo a base de cansancio, de desesperanza, de incomprensión o de comprender demasiado... Celebraré el jueves, porque tengo la suerte de querer y sentirme querida, el viernes será para los que sufren y pensar en lo que queda por hacer y el sábado porque hay mucho que entender. Y el domingo... comenzaremos la celebración... un paso.

domingo, abril 01, 2007

Eres miope




Hay una gran diferencia entre tener miopía o ser miope. Básicamente la que existe entre ponerte las gafas para conducir, ver la tele e ir al cine o pegarte el reloj cuando despiertas para ver la hora, intuir el bote de gel en la ducha o dejar de escuchar cuando no llevas las gafas. Si te sucede cualquiera de estas tres últimas cosas, eres miope.
Y ser miope conlleva un estilo de vida. Puedes abstraerte de lo que te rodea (no os fiéis de los miopes que se quitan las gafas cuando os escuchan), imaginarte lo que estás mirando y dejar de ver lo que no te gusta.

Yo hago el proceso de salir de la ducha, vestirme y arreglarme sin gafas. Esto explicará a quien me vea porqué nunca voy peinada y yo, cuando miro el espejo, refuerzo mi autoestima, jaja.
Ser miope no sale rentable cuando dejamos de hablar de la vista. Tengo un buen amigo que da consejos casi siempre acertados, que te ayuda a ver con perspectiva cualquier situación que le plantees... siempre que no se refiera a él. Le suceden cosas tan obvias, está tan claro lo que su pareja no dice, pero hace, lo que sucede en su trabajo, lo que puede hacer en tantos aspectos y ni siquiera ve. Cuando se trata de él, es miope.

Todos somos un tanto miopes cuando se trata de nosotros mismos. El empeño en convencernos y/o justificarnos con lo que hacemos, en no querer ver lo que tenemos delante. A veces no se si es defecto o exceso de información. Me refiero, cada cuál sabe el porqué hace lo que hace y hay matices que no captamos los de fuera. O, simplemente, les merece la pena.

Creo, por lo que todo el mundo me ha comentado, que he sido la persona más miope del mundo por dejar pasar una oportunidad. Me he llevado broncas, caras de “animalica, no se da cuenta”, reproches... ha habido un momento de decidir sin ningún apoyo. Eso no me tranquiliza, puede demostrar personalidad, pero no creo mucho en las razones en solitario ¿sólo yo veía la opción correcta? Quizás, nadie escarmienta en cabeza ajena y tenga que estamparme para darme cuenta del error o no haya tal. Puede que no consista en acertar o errar, sino en optar con su renuncia correspondiente. Debería quedar con Zapatero y echar un café sobre este tema.